¿Te imaginas que algunos de los seres queridos de Teresa de Calcuta descubrieran que esta fue asesinada?, ¿como crees que reaccionarían?. David Elliot y Paul Lovett (los guionistas de Cuatro Hermanos) creen que sus seguidores, aquellos que venían de los barrios bajos, no dudarían en coger una pistola y una buena escopeta y liarse a tiros y repartir caña para investigar quien puso el cianuro en el almuerzo de la vieja.
Esta es la manera de honrar a una vieja caritativa, bondadosa, que cree en las segundas oportunidades y amante de la paz: entrar con una pistola en una pista de basket, apalizar a el dueño de un garito, tirar a alguien por una ventana y dejar que se muera en la nieve, disparar a sus asesinos, matar sin excepción a aquellos que tratan de matarte y finalmente eliminar al malo de una manera lenta y dolorosa.
Seguro que la vieja se siente orgullosa de sus niños.
Para rematarlo, John Singleton juzga a los personajes y el veredicto es "Inocente con heroicidad". Pero además de indignarse con la moral de la película, juro que en ningún momento nadie se plantea si lo que hacen es moralmente correcto, uno se indigna con unas secuencias que no se las cree nadie. Si entra un tio en una cancha de basket, interrumpe el partido cogiendo la pelota y sacanado una pistola mientras pega voces, ¿que número de personas de las 200 que hay en las gradas se largarán?. En el universo de Cuatro Hermanos nadie, de hecho, todos abuchean al tio de la pistola para ver si les pega un buen disparo. Solo uno, amigo de uno de los malos, se levanta y se va. Y entre el gentio los tios de las pipas lo ven y lo cogen en los pasillos para interrogarlo.
¿Puedo buscar a John Singleton con una pistola para pegarle un tiro en los huevos por hacer una peli tan mala?. En verdad estoy haciendo un bien al cine.
viernes, septiembre 30, 2005
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